De hermana mayor a hermana pequeña, y viceversa.

Una tarde cualquiera, 19:00, la hora de siempre y la pequeña preparándose para salir con sus colegas y con su "rollete veraniego". Esta poniéndose sus zapatillas que heredó de su hermana mayor, a la cual admira. Su hermana mayor se acerca sigilosamente a espaldas de la pequeña y frena en el marco de la puerta.
-Enana...
Así es, toda su familia e incluso alguna que otra amistad la llamaban así  Y no porque fuera de baja estatura ni muchísimo menos, es que...
Su cara, ya que ella no era muy femenina precisamente, algunos de sus gestos, su manera traviesa de hablar, su extraña forma de ver la vida... Todo hace referencia a lo que la palabra "pequeña" le representaba. Aun que después al escuchar sus bruscas palabras propias dijeran lo contrario.
-Dime.
-Tengo que decirte algo que tenia callado desde que dejaste a ese chico. Te envidio, pero es una envidia sana, haber... Tu que has estado un año y no se cuantos meses con él, has tenido, no se como decirlo; el valor, por ejemplo de saber dejarlo cuando sabias que había que hacerlo, ni antes ni después  si no en el momento justo. Sin escuchar opiniones de nadie, tu sola. Es algo que admiro y envidio. Se ve que ya no eres la niña de siempre, que algo en ti este tiempo ha cambiado, ¿entiendes?

La pequeña, totalmente paralizada, en un estado de shock incapaz de pronunciar palabra, le continuo la hermana.

-Puede que te este diciendo esto porque yo no cambiare, ni probare otro que no sea tu cuñado. Son ya diez años juntos, no nos separaremos. Pero tú, siempre has tenido bien colocada la cabeza sobre los hombros. Sabias que lo querías pero lo que tu llevas dentro, tu ser, es demasiado grande para solo uno.